Con tranquilidad, sin
prisa, sin ponerse a pensar en lo que se podría, en lo que es, en todo lo que
ocurre o no ha ocurrido todavía. Sin ilusiones, sin acelerar, sin tapar viejas
heridas. Que éstas cicatricen al sol,
para recordar dónde están y no volver a pasar jamás por ahí.
Esa extraña adicción a ti que hace que estés en todos mis sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario